Al firmar una serie de órdenes contra el cambio climático esta semana, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo algo al pasar: «No es momento de medidas pequeñas; tenemos que ser audaces».
La frase refleja más que una actitud ante el reto específico del medio ambiente y bien podría resumir el espíritu con que Biden ha encarado sus primeros 10 días en la Casa Blanca, con un vértigo llamativo.
Desde que asumió el cargo el 20 de enero, el presidente emitió una insólita cantidad de decretos en diversas áreas que considera prioritarias, desde el coronavirus a la economía, desde la inmigración a la igualdad racial.
Su objetivo, según expertos, trasciende un afán de enterrar símbolos y políticas de su antecesor, Donald Trump.
Biden parece además resuelto a aprovechar la sensación de desamparo que existe en un EE.UU. golpeado por diferentes crisis simultáneas y dividido, para impulsar una agenda ambiciosa.