Tanya Nedashkivs’ka, de 57 años, llora por la muerte de su esposo, asesinado en Bucha por las tropas invasoras de Putin
Los asesinatos de civiles perpetrados en Bucha por las fuerzas de Putin arrojan aún más dudas sobre la naturaleza de la modernización militar de Rusia, revelan “una falla de liderazgo en todos los niveles” y será contraproducente para los planes de Vladimir Putin.
Una fosa común hallada en Bucha, a las afueras de Kiev, Ucrania.
“Durante semanas de combates, las tropas rusas en el territorio alrededor de Kiev han sido golpeadas por las fuerzas ucranianas. Cuando se retiraron de las granjas y los suburbios emergentes como Bucha e Irpin, dejaron atrás los restos de tanques y vehículos blindados, así como el botín que no pudieron llevarse con ellos. Pero los rusos también dejaron evidencia de ejecuciones sumarias y asesinatos al azar, crímenes de guerra en una escala terrible”.
Según The Economist, la matanza, que según la fiscal general de Ucrania dejó al menos 410 civiles muertos, evidencia el atraso de las tropas del Kremlin, contradiciendo la narrativa rusa sobre una supuesta modernización del ejército.Una mujer besa a un hombre mientras cocina en una hoguera en el exterior de un edificio de apartamentos que no tenía electricidad, agua ni gas desde el comienzo de la invasión rusa en Bucha, Ucrania.
“En la década de 1990, las fuerzas armadas del país eran un desastre postsoviético, carentes de recursos, acosadas por la corrupción e infectadas por la intimidación. Los reclutas todavía eran despojados de la dignidad y abusados. Se suponía que eso había cambiado después de años de reforma después de la guerra ruso-georgiana de 2008. El tamaño del ejército se redujo y contenía más soldados profesionales”, escribió la influyente publicación británica. “Nada de ese supuesto progreso se vio el 3 de abril en Bucha, en las afueras del noroeste de Kiev”.El cuerpo sin vida de un hombre yace en un camino de tierra en Bucha, Ucrania, el lunes 4 de abril de 2022.
The Economist también pudo verificar los informes de las ejecuciones sumarias y desmintió la versión rusa que atribuyó a Ucrania la responsabilidad de lo ocurrido.
“Nueve cuerpos yacían al costado del patio de un constructor y otros dos en la carretera que une Bucha con Irpin. Todos tenían heridas punzantes en la cabeza, el pecho o ambos. Al menos dos de los cuerpos tenían las manos atadas a la espalda. Por el olor de los cuerpos en descomposición, habían estado allí durante algún tiempo, desmintiendo las afirmaciones rusas de que Ucrania, que liberó Bucha el 1 de abril, llevó a cabo los asesinatos”,se lee en la crónica.
La masacre también reveló la falta de liderazgo en las fuerzas armadas del Kremlin, según The Economist.
La revista cita al general Sir Richard Barrons, que estuvo al mando de las fuerzas conjuntas británicas hasta 2016, según el cualla evidencia de abusos civiles por parte de las fuerzas rusas “revela una falla de liderazgo en todos los niveles, un colapso en la moral, una falla en el entrenamiento de las reglas más fundamentales de la guerra, y probablemente, sobre todo, un fracaso de la autodisciplina colectiva frente a la resistencia acérrima”.
El resultado, dijo, será para el Kremlin militar y diplomáticamente contraproducente: redoblará la resistencia ucraniana, impulsará el apoyo militar occidental para las sanciones y la ayuda militar, y reducirá significativamente el espacio para el diálogo.El cuerpo sin vida de un hombre se ve tumbado en la escalera de un edificio en Bucha, Ucrania.
The Economist también subrayó los inquietantes parecidos entre la masacre de Bucha y las guerras llevadas a cabo por Rusia en Chechenia en la década de 1990 y principios de la de 2000,con Putin ya presidente del país.
Lo ocurrido en Bucha, en particular, recuerda el caso de Novye Aldi, un suburbio de la capital chechena Grozny. Allí las tropas rusas fueron de casa en casa ejecutando a civiles, según relatos de testigos oculares reunidos por la oenegé Human Rights Watch. “Los barridos brutales como estos se conocieron como zachistka u operaciones de ‘limpieza’”, recuerda la revista.Los cuerpos de dos civiles asesinados en Bucha
De hecho,los propios chechenos podrían estar involucrados en la masacre que, además, con toda probabilidad, fue premeditada, según The Economist: “El Equipo de Inteligencia de Conflictos, un grupo de investigación, dice que es probable que las unidades rusas involucradas en Bucha provengan del distrito militar del este de Rusia, o de alguna de las otras formaciones involucradas en ese eje: las fuerzas aerotransportadas VDV, el Rosgvardia (el ejército ruso guardia nacional) o tropas leales a Ramzan Kadyrov”, el líder checheno acusado de asesinatos y todo tipo de abusos contra los derechos humanos.
La revistatambién cita a Jack Watling, un experto militar del Royal United Services Institute, un grupo de expertos británico, que estuvo en Ucrania en las semanas previas a la guerra.
“Cualquiera que diga que Bucha es el resultado de la brutalidad o el comportamiento deshonesto está equivocado”, dijo Watling. “Este era el plan. Fue premeditado. Es consistente con los métodos rusos en Chechenia. Y si el ejército ruso hubiera tenido más éxito, habría muchos más pueblos como este”.El cuerpo sin vida de un hombre con las manos atadas a la espalda se encuentra en el suelo en Bucha, Ucrania.
A esto hay que sumarle que, desde que Vladimir Putin tomó el poder en 1999, el Kremlin fomentó un culto a la agresión cuyo objetivo fue “legitimar campañas militares sin sentido”,explicó Elena Racheva, antropóloga social de la Universidad de Oxford.
Alentados por la televisión estatal, los soldados miran a un padre o abuelo que luchó en la Gran Guerra Patriótica de 1941-1945 como su modelo a seguir. Así se explican videos como el publicado por el Ministerio de Defensa ruso el 1 de abril, en en el que aparece Aleksei Shabulin, comandante de un batallón que llevó a cabo una zachistka en la dirección “Hostomel-Gucha… Bucha-Lozero”.
“Mi bisabuelo pasó por toda la Segunda Guerra Mundial y hasta el año 1953 persiguió al diablo fascista llamado Bandera por los bosques ucranianos”, dijo. “Ahora soy un glorioso sucesor de esta tradición. Ahora ha llegado mi hora y no deshonraré a mi bisabuelo, e iré hasta el final”.