Alemania extendió por un mes sus medidas de confinamiento e impuso nuevas restricciones, incluyendo prácticamente suspender todas las actividades públicas con motivos de Pascua, a fin de reducir la tasa de infecciones de coronavirus.
La canciller Angela Merkel anunció las medidas el martes, después de una prolongada videollamada con los gobernadores de los 16 estados del país y casi tres semanas después de que ambas partes acordaron un plan para relajar algunas de las restricciones.
Alemania entró en una “nueva pandemia” debido a la propagación de las variantes del COVID-19, estimó Merkel.
“Tenemos un nuevo virus (…) es mucho más letal, mucho más infeccioso y contagioso durante mucho más tiempo”, declaró la canciller en rueda de prensa en Berlín.
Desde entonces, los contagios han ido en aumento constante debido a que una nueva variante descubierta en Gran Bretaña se ha vuelto más dominante. Las restricciones previas estaban programadas para concluir el 28 de marzo, pero ahora permanecerán vigentes hasta el 18 de abril.
“Vemos la intensidad del crecimiento exponencial y creo que los días extra de Semana Santa serán una contribución a los esfuerzos para controlar la pandemia”, afirmó la canciller.Turistas procedentes de Alemania llegan al aeropuerto de Palma de Mallorca tras el levantamiento de la cuarentena impuesta por Berlín a los viajeros que regresan de las Islas Baleares en medio de la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19), Palma de Mallorca, España 21 de marzo de 2021. REUTERS/Enrique Calvo
Las regiones en donde el número de nuevas infecciones supere las 100 por cada 100.000 habitantes por tres días consecutivos enfrentarán medidas más estrictas, tal como se había acordado en la reunión previa.
“Desafortunadamente, vamos a tener que usar este freno de emergencia”, dijo Merkel a reporteros en Berlín.
La tasa semanal de contagios por cada 100.000 personas se mantuvo el lunes en 107 casos a nivel nacional, comparados con cerca de 65 hace tres semanas.
Las autoridades acordaron restringir prácticamente todas las actividades públicas del 1 al 3 de abril, incluyendo el cierre de la mayoría de las tiendas durante ese lapso. Las reuniones privadas quedarán prohibidas del 1 al 5 de abril, a fin de alentar a las personas a quedarse en casa.
“Era absolutamente imprescindible emplear el freno de emergencia”, afirmó Merkel con respecto a la decisión de dar un paso atrás en la estrategia de desescalada por el aumento de la incidencia en el último mes.
En medio de preocupaciones por el incremento de alemanes que vacacionan en el extranjero, las autoridades también acordaron un requisito general para que los viajantes se sometan a pruebas diagnósticas de COVID-19 antes de abordar un avión rumbo a Alemania.La canciller alemana, Angela Merkel. EFE/EPA/Andreas Gora /
Merkel y los líderes regionales acordaron asimismo extender a todos los viajeros que lleguen al país la obligatoriedad de hacerse un test PCR, independientemente del lugar de procedencia, cuando hasta ahora esta medida se limitaba a las consideradas “zonas de riesgo”.
Esta decisión es su respuesta a la polémica en torno a las vacaciones de Semana Santa en Mallorca, cuya demanda se había disparado después de que las autoridades alemanas sacasen a las Baleares de la lista de zonas de riesgo, lo que eliminaba la obligación de test y cuarentena.
Se establece así, agregó la canciller, una “obligación general” de realizarse un test para entrar al país, indicó la canciller, que recordó que el Gobierno alemán desaconseja “en general todos los viajes que nos sean estrictamente necesarios”.
El pasado 12 de marzo las autoridades alemanas sacaron a las islas Baleares de la lista de zonas de riesgo (junto a otras cinco comunidades autónomas españolas), lo que desató la demanda de vuelos y estancias en la isla para las vacaciones de Semana Santa.
La situación provocó una fuerte controversia en España, donde la mayoría de ciudadanos no podrán salir en Semana Santa de su comunidad autónoma por las restricciones de la pandemia; pero también en Alemania, donde el turismo interno está actualmente prohibido, lo que supone graves dificultades económicas para el sector.
La canciller consideró que la situación es “muy grave” y apuntó la importancia de no “sobrecargar el sistema sanitario”.
”Tenemos una nueva pandemia con la propagación de la variante británica”, señaló la canciller e indicó que esta mutación es ya la dominante en el país. Este virus es “más mortífero, más infeccioso” y provoca convalecencias más prolongadas, advirtió.