Hostomel, Ucrania (CNN) — El fuselaje de este avión es un enorme agujero carbonizado y retorcido. Sus gigantescas alas están desplomadas en suelo, mientras de sus motores está fue quemado y destruido.
Aún se alcanza a ver el enorme tren de neumáticos sobre el que se asienta el avión, al igual que la nariz en cono hecha jirones, que luce orgullosamente las rayas azules y amarillas de la bandera de Ucrania y el «225» de su designación oficial.
Pero, está claro que el avión comercial más grande del mundo, el Antonov AN-225, nunca volverá a volar.
Periodistas pudieron observar el alcance total de los daños que sufrió la aeronave, llamada «Mriya»o «sueño» en ucraniano, después de que las tropas rusas se retiraran la semana pasada del aeródromo de Hostomel en las afueras de Kyiv. Justamente, uno de los primeros objetivos estratégicos en la invasión a Ucrania.
El avión yace arrugado y quebrado debajo del arco destrozado de un hangar de aviones, donde esperaba un mantenimiento cuando ocurrió la invasión.
A su alrededor se encuentran los deshechos de la guerra: el aeródromo está lleno de equipos rusos destruidos, incluidos camiones, tanques, vehículos blindados de transporte de personal y municiones gastadas.
La destrucción del AN-225 fue una pérdida simbólica en los primeros momentos de la guerra. El avión, que se construyó originalmente para apoyar el programa de transbordadores espaciales soviéticos de la década de 1980, había sido un símbolo de orgullo para Ucrania.
También conmocionó al sector de la aviación. La aeronave fue reconocida como una maravilla de la ingeniería aérea moderna, atrayendo regularmente multitudes tanto en espectáculos aéreos, donde era la atracción principal, como durante sus misiones de carga diarias en todo el mundo.
El símbolo de este avión para Ucrania
Inmediatamente después de los informes de su destrucción, las autoridades de Ucrania se comprometieron a reconstruir el avión. Y dijeron que Rusia pagaría el costo de reconstrucción de US$ 3.000 millones.
«Rusia puede haber destruido nuestro ‘Mriya’. Pero nunca podrán destruir nuestro sueño de un estado europeo fuerte, libre y democrático. ¡Prevaleceremos!», escribió el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, en Twitter en ese momento.
Las tropas rusas comenzaron a atrincherarse en Hostomel poco después de tomar el control del aeródromo a finales de febrero. Tras semanas de intensos combates, imágenes satelitales revelaron este jueves que las fuerzas rusas habían desaparecido repentinamente.
Las imágenes anteriores de satelite mostraron que, alrededor de los vehículos militares y las posiciones de artillería, los rusos habían construido bermas protectoras de tierra. Ahora solo quedan las bermas.
Desde entonces, las fuerzas ucranianas tomaron el control de las instalaciones, asegurando que es una victoria significativa sobre los rusos. El fin de semana, periodistas recorrieron el aeródromo con la Policía Nacional de Ucrania.
No está claro qué causó la destrucción del avión, si fue un acto de sabotaje deliberado o daños colaterales de la ofensiva militar para tomar el control del aeródromo.
Pero, a pesar del estado ruinoso del AN-255, muchos soldados estaban tomando fotografías del avión. El estatus simbólico de Mriya entre los ucranianos claramente no ha disminuido.