Uruguay/ Más de 60 de los 200 pasajeros y tripulantes del crucero Greg Mortimer, fondeado en cuarentena frente a Montevideo, presentan síntomas de COVID-19 y seis personas con cuadros complejos han sido trasladadas para ser internadas.
«Prácticamente la totalidad» de los más de 200 pasajeros y tripulantes del crucero Greg Mortimer «están infectados» con el coronavirus COVID-19.
Esta fue la conclusión con la que regresó al puerto de Montevideo el equipo de 21 médicos que este domingo visitó el barco de la compañía Aurora Expeditions, fondeado frente a Uruguay luego de un viaje a la Antártida.
El equipo médico hizo tests a todos los ocupantes del barco y tres pacientes -dos filipinos y una australiana- fueron trasladados a Montevideo para ser internados.
Hasta ahora seis de las 216 personas, entre tripulantes y pasajeros, han sido trasladadas para ser internadas en Montevideo desde el jueves. El 80% de los restantes tiene síntomas leves o no los tiene, y la mayoría podría hacer un viaje en avión, consideró Karina Rando, directora de Coordinación del Ministerio de Salud Pública de Uruguay
El brote de COVID-19 a bordo del Greg Mortimer llevó a que el gobierno uruguayo impidiera su entrada a puerto y el desembarque de los pasajeros y tripulantes.
El canciller uruguayo Ernesto Talvi dijo que es un tema delicado que está siendo tratado con el gobierno australiano, ya que la mayoría de los tripulantes es de esa nacionalidad.
Se espera realizar un vuelo de repatriación «lo antes posible» que sería el último de un corredor sanitario desde el puerto de Montevideo al aeropuerto de Carrasco por el que han salido unos 740 pasajeros de cruceros de más de 40 nacionalidades diferentes en las últimas tres semanas.
La empresa Aurora Expeditions emitió un comunicado en el que reconocía que varios pasajeros del crucero Greg Mortimer presentaban síntomas del COVID-19, y comunicó que el gobierno uruguayo proponía 14 días de cuarentena para las personas a bordo. Ver: Reclaman soluciones humanitarias a 9.000 personas a bordo de cruceros
Según las últimas informaciones, no se va a permitir el descenso de ningún pasajero «a menos que haya una situación crítica de vida por razones humanitarias» o cuando llegue un avión procedente de Australia preparado para la repatriación de sus ciudadanos.