Por Leonardo Medrano
Cuando inicié mi ciclo de artículos, sabía desde un principio que chocaría con intereses y con personas a las que no les gusta que les señalen sus errores. Me preparé mentalmente porque mi interés no es complacer a un amigo, ni a una Asociación, ni siquiera a un funcionario, mi interés único es aportar a mi ciudad Puerto Plata y señalar puntos específicos que debemos cambiar esperando que de la misma manera en que expongo mis ideas puedan ser debatidos si estoy equivocado dentro del marco de la profesionalidad, porque tenemos muchos habladores que cuando no conocen los temas ni lo dominan quieren denigrar a quien hace un aporte constructivo al destino.
En Puerto Plata, tenemos muchos actores que creen que publicando llegadas de turistas, estadísticas y reuniones de trabajo están gestionando el destino, están equivocado porque estos casos no provocan cambios ni siquiera forman parte de un desarrollo sostenible, muy al contrario, nos enrostra cada día que no tenemos méritos propios como destino porque lo que se publica no es parte de un consenso generacional.
No podemos seguir jugando a las redes teniendo tanto por hacer, porque no tendremos segunda oportunidad ante una primera impresión, el 80% del turismo que llega a Puerto Plata no repetirá su visita al destino porque su primera impresión fue ver un Vertedero a cielo abierto muy contaminante o porque lo llevaron a la ciudad y comprobó que los precios son más caros que en otros destinos, que las opciones de compras que tienen son menores, que tenemos ‘’El Mercado Municipal’’ tan desorganizado que podemos compararlo con un Vertedero, que los medios de transporte son anticuados comparado a otros destinos, que los bares y Restaurantes no presentan su menú con fotos y precios, y al final no quedan satisfechos, que en muchos lugares no hablan su idioma y el servicio es pésimo, que la ciudad cuenta con un peligro latente lleno de moto-conchos y un tránsito completamente desorganizado sin las señalizaciones debidas, que las playas están llenas de vendedores ambulantes, Haitianos sin ningún tipo de regulaciones, muchos se confunden al comprar cuadros porque no saben si son locales o foráneas, que los mendigos y los limpias cristales son molestosos, en fin, hay mucho que resolver para que los visitantes no tengan esa primera impresión que lo obliguen a decidir no regresar al destino que lo tiene todo, y como todos saben en este negocio la importancia del mismo es lograr que vengan turistas y la sostenibilidad se logra cuando el mismo regresa al destino.
Sigo apostando a un cambio de mentalidad, a un encuentro sincero para realizar un programa de trabajo y ejecuciones a corto, mediano y largo plazo sacando intereses particulares, religión, política y divisiones donde participen todos los actores sin excepción para realizar un programa que nos permita tomar las decisiones adecuadas a cada uno de los problemas existentes y a una gestión turística saludable, donde se pueda poner en ejecución las regulaciones existentes agregando a esto un plan operativo de formación, servicios, educación, técnicas, movilidad, cultura, deporte, sociedad, Hoteles e/instituciones donde se pueda fortalecer el destino sin esperar que el gobierno de turno decida nuestra suerte.
Continuamos la próxima semana.